jueves, 30 de enero de 2020

El mandato familiar

Toda familia tiene un cierto patrón de comportamiento basado en las normas, costumbres y educación inculcadas a cada miembro de la familia. Y digo patrón porque todas estas características tienden a repetirse en la vida de cada componente, ya sea consciente o inconscientemente.

Y no solo las características buenas, también las erráticas, las heridas, los mandatos que muchas veces se sienten como ataduras.

Cómo lo reconocemos? Pensemos por un momento, cuáles eras las predicas más comunes de nuestros padres. Y voy a poner de ejemplo mi caso: Mi padre siempre decía que hay que ser fuerte, que hay que estar preparado para la vida. Que hay que ser el mejor en todo siempre. Y es lo que se grabó en mi inconsciente, como un mandato. Y cuáles fueron las consecuencias? Que yo en todo momento me sentía presionada por hacerlo todo bien, por ser la mejor, por no ser sensible porque, a lo que se refería con "ser fuerte" mi padre, era a que no me podía permitir que me ganaran los sentimientos.

Esto generaba en mí mucha frustración, me sentía siempre observada, medida, y debo decir que tras varios años de terapia, aún mi inconsciente tiende a reaccionar de esa forma automáticamente, es mi "automático".

Y pareciera un buen consejo dirían muchos que quizás recibieron este tipo de educación casi perfeccionista, pero el tema está en el origen de ese mandato. La vida de mi padre no fue fácil, perdió a su madre a los 2 años, se crió con un padre perfeccionista y calculador, una persona muy de cabeza, que quien sabe que mandatos tuvo en su infancia, y que podría decir sin investigar que fueron también muy estrictos con él, y así para atrás... mi padre no podía demostrar sentimientos, porque tampoco le daban cariño, no estaba permitido ser "emocional".

Entonces, analizando un poco más la situación, se ve un mandato duro, como un caballo que tiene la vista periférica tapada para solo ver un camino a seguir, porque quizás también las condiciones de vida en ese entonces así lo requerían. No estamos juzgando la crianza como tal.

Y esto es solo uno de los mandatos que recibí de él. Sumado a los de mi madre. Otro ejemplo es el típico linaje laboral. Padres que pasan toda su vida en un rol y una empresa, y los hijos que sienten la obligación de seguir esos pasos, normalmente sintiendo que es la única opción de vida, porque es de lo que su mente se alimentó todo el tiempo.

También la violencia intrafamiliar o la victimización tienden a ser parte de estos mandatos, o cuando los padres arrastran una historia de fracasos, tienden a esparcir esa "suerte" a los hijos por las palabras y actitudes que siembran. Los sentimientos de culpa, el hecho de que hay que casarse y tener hijos, porque así es como todos lo hicieron en la familia por ejemplo. Que las mujeres son las que hacen los quehaceres domésticos y los hombres trabajos de fuerza, no se pueden invertir los roles. Que si mi abuelo y mi padre fueron médicos, todos esperan que yo lo sea, y si no elijo eso, siento el rechazo y el juicio de los demás, porque en realidad yo mismo me siento mal por desobedecer a los mandatos familiares.

Y esto no es una queja hacia nuestros padres ni a su educación. Esto simplemente es un llamado a revisar el motivo de nuestras frustraciones diarias, de nuestras emociones negativas, del "por qué no me sale nada bien", preguntarnos Por qué siento que hay que hacer las cosa de tal o cuál manera? Qué me empuja a tomar tal decisión o a sentirme tan impotente, rechazado internamente?

Cuando no hacemos lo que se espera de nosotros sentimos que desobedecemos a nuestros ancestros, que somos desleales y malagradecidos, y es una culpa inconsciente, que con el ajetreo del día a día no sabemos diferenciar. Y aparecen la angustia, la molestia de no ser suficientemente bueno. 

El deber que tenemos para con nosotros mismos es descubrir qué es lo que realmente queremos, separar como con un colador lo que esperan de mí y lo que yo quisiera hacer o ser. Siempre dentro de nuestras posibilidades. La idea es no ponernos encima más mandatos.

Ahí nace el concepto de "La Oveja Negra". La persona que es capaz de romper con todas esas creencias, y poder empezar sus propias costumbres, libre de presiones, de expectativas ajenas. Libre de prejuicios de los demás. No es un camino fácil, porque como comenté más arriba, es inconsciente la lealtad que tenemos a estos mandatos, a la familia, y requiere un trabajo interno arduo, consciente, proactivo.

Les insto a cuestionar, a meditar, a mirarse internamente, a revisar sus emociones, y dar un paso más para estar plenos.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Volver a amar... da miedo

Conoces a alguien, pasan cosas, comparten tiempo, espacio, cada vez te gusta más, empiezan las ilusiones y expectativas, cada vez necesitas conversar más con esa persona, verla, tocarla, y en cada encuentro la intensidad va subiendo...

En ese momento todo es alegría, como si nunca hubiera existido pena y el pasado solo es un recuerdo que hasta dudamos que haya pasado...

Ese efecto "anestesiante" nos provoca un revuelo de sentimientos, hormonas y pensamientos que no queremos que se termine. Es una bocanada de esperanza fresca que nos devuelve la vida y nos hace ver la vie en rose...

Luego empiezan las crisis, los toques eléctricos de realidad, porque la fase de luna de miel ya pasó, ya ha trascurrido un tiempo desde que las mariposas estuvieron revoloteando en nuestros estómagos y se cansaron de solo dar vueltas sin sentido. Fueron digeridas por nuestros ácidos gástricos.

Ahí es cuando empieza la verdadera relación y realmente empezamos a saber si esa persona es quien queremos a nuestro lado, con todo lo que implique, con toda su mochila de cosas, con sus manías y cultura... ahí es cuando tocamos el piso nuevamente, la nubecita rosada se esfumó.

Y pueden darse dos escenarios: Estamos dispuestos a compartir nuestra vida, con todo lo que traemos a cuestas, con esa persona y su legajo... o... No tenemos la voluntad para construir nada porque tenemos tanto de qué hacernos cargo que suena a molestia, y preferimos dejarlo hasta ahí o pasarlo bien sin compromisos (pero esto último es caminar sobre fuego).

Como bien dijo alguna persona sabia por ahí, estamos hechos de historias... Historias buenas, malas, no tanto... cicatrices, heridas de guerra, algunas aún sangran, pero no lo vemos (o no queremos verlo), miedos, penas que arrastramos cual cadenas, pero sobre todo recalco el miedo... a volver a entregar el corazón...

Estas heridas no necesariamente tienen que ver con alguna relación fallida o frustrada como le dicen, sino pueden ser heridas que vienen desde nuestra infancia, pero con cada relación que no prospera, vuelve a sangrar.

Ejemplifico esto: si yo en la infancia tuve una madre (o cuidador@) que no estaba cuando necesitaba, o estaba pero no atendía mis necesidades básicas de cariño, solo se preocupaban de que no nos faltara lo material, o simplemente nos daba lo que en realidad ellos querían pensando que nosotros lo queríamos (porque no podían mentalizarnos*), o fuimos abandonados a terceros, o maltratados, y así en peor... Sin ánimo de culpar a est@s cuidador@s, es lo que pudieron hacer con lo que tenían... estas cosas que parecen sin importancia, causan heriditas que van creciendo a medida que vamos acumulando experiencias, sobre todo si estas reflejan de alguna forma esto que vivimos.

Y muchas veces no es algo consciente, incluso existen personas que idolatran a est@s cuidador@s, pero el inconsciente está siempre alerta con la herida fresca, listo para defendernos, incluso de nosotros mismos, y como su nombre lo dice, no es consciente de que el escenario ha cambiado.

Y retomo el tema de la pareja, que es en este caso mi punto central. Cuando estamos ante este miedo a volver a entregar el corazón, es cuando saltan todos estos temas inconscientes que nunca lo hicimos conscientes, que nunca tocamos, que nunca trabajamos, por desinterés, por ignorancia, por falta de recursos, o simplemente por miedo a salir de la zona de confort.

Y para hacerla corta, creo que hay que preguntarnos, qué es lo peor que podría pasar si vuelvo a entregar el corazón? Muchos vivimos con tragedias cada pérdida de pareja, el drama nos envuelve porque no sabemos regular nuestras emociones, ya que nunca ejercitamos esa parte de nuestro ser, no solo el cuerpo hay que ejercitar para ser sanos, también la regulación emocional.

Tenemos miedo a volver a sufrir, a volver a sentirnos vacíos. Y yo les propongo a preguntarse en un momento de interna reflexión: Es realmente esta persona la que me dejó vací@? o simplemente ya estaba vací@ antes y quería llenarlo con ella?

Aunque suene feo, muchas veces llenamos nuestros vacíos con personas, por eso nos duele tanto cuando se van. Y eso que dicen de que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional, tiene que ver con que si la persona fue significativa en nuestra vida, el dolor es parte del proceso de la pérdida, el duelo, y es natural cuando uno tenía intenciones de algo bueno, pero el sufrir es cuando elegimos que ese dolor se apodere de nuestras vidas porque no sabemos como manejarlo, no sabemos como regularnos, nos hace revivir alguna herida que se espeja con la experiencia.

Y justamente no vemos que fue eso, una experiencia. Recuerdo cuántas veces sentí que iba a morir por perder una pareja, porque no sabía manejar la situación, no podía ver lo que estaba mal y lo que estaba aprendiendo. Con el tiempo, y trabajo conmigo misma, acompañada de profesionales en diferentes etapas a las que decidí pedir ayuda, aprendí que había heridas que me acompañaban en mis relaciones, y sumado a las heridas que traía esa otra persona, ocurría un choque fatal, que derivó en dramas, en relaciones tóxicas, en violencia incluso, en martirio innecesario, sin poder ver que nuestras heridas se reflejaban.

Soy creyente de que las personas que aparecen en tu vida son las necesarias para aprender algo, porque las atraemos según como nos sintamos, como estemos emocionalmente en ese momento, y probablemente tengan heridas parecidas a nosotros, e inevitablemente nos proyectamos mutuamente en el otro, y es ahí donde aparece esta oportunidad de aprendizaje. Pero no siempre se da esta situación de darse cuenta, porque todavía estamos cegados a pensar que es difícil amar, que duele entregar el corazón, y no podemos ver que cada situación es una oportunidad de sanar y de conocernos a nosotros mismos mediante lo que nos molesta del otro. 

Y si no sanamos, volvemos a repetir estos escenarios continuamente. De ahí que mucha gente dice "Por qué atraigo pura gente mala?" probablemente la respuesta está en tu interior.

Puedo seguir alargando este escrito, pero creo que por ahora es suficiente para mi objetivo de que puedan pensar en todo esto y mirarse su interior, ver si les ha pasado, si ese miedo está ahí y poder ir más atrás en sus historias. El darse cuenta es el primer paso.

Seguiré en otras entradas más adelante, espero esto les sirva para entender de donde viene el miedo y el sufrimiento al que no queremos enfrentarnos en nombre del Amor...


Celia Cristaldo
Diplomada en Consejería afectivo-sexual


*Mentalización: la capacidad que tiene el cuidador de entender/interpretar nuestras necesidades cuando somos infantes y no podemos pedir lo que necesitamos aún, a partir de un apego sano.

martes, 19 de diciembre de 2017

Qué dulce encanto tiene tu recuerdo, Mercedita...


Fue un jueves, cómo olvidarlo... me despertaron brúscamente esa mañana, y yo de un salto partí a sentarme a tu lado. Te vi tan rara, tan diferente... ya no estaba esa sonrisa loca que reflejaba la mía, tus ojos ya no veían lo que había en los míos, ya no eras tú, te estabas desvaneciendo minuto a minuto.

Luchabas insistentemente, no querías darte por vencida. Tu alma era más poderosa que esa fatídica enfermedad que quería tumbarte. No querías darle el gusto de vencerte, de que te sacara lo más preciado que tenías.

Quería ayudarte, lo juro, quería poseer toda la magia del universo, y con mis manos, con mi más grande amor, hacer desaparecer todo el dolor que estabas sintiendo... pero no tenía ni el poder ni la fuerza para hacerlo... te me ibas, frente a mi asombro, podía ver salir tu espíritu, tus palabras ya no hilaban frases coherentes, tus manos ya no tomaban las mías, te perdía, te me arrebataban... por qué???

Me arrimé cerca de tu cabeza para acariciarte esos cabellos de plata... cada caricia desesperada por atajarte me dolía más que nada, como si fueran las últimas... y de hecho las eran... Puse mi boca cerca de tu oído, y con la mejor de mis fuerzas, dando mi mejor concierto, te canté la última serenata... "Qué dulce encanto tiene tu recuerdo, Mercedita..."

Te calmaste un instante, tomaste impulso para seguir luchando, porque esa eras tú, una amazona que no daba respiro ni tregua a las amenazas, arremetías contra lo que viniera, tu pecho era la muralla, como buena mujer paraguaya, mi Kuña Guapa...

Cada vez estaba más cerca ese momento, se podía cortar el aire con los dedos, las lagrimas no se hicieron esperar, tuicha mba'e ningo la ojuhua ñandeve...

Tomé mi lugar en un extremo para prepararme, te tomé los pies, esos pies que no tocaban la tierra porque siempre fuiste un ángel que bailaba en el viento, y te los acariciaba con la esperanza de que no te me fueras volando...

Mi corazón sufría un colapso, no entendía cómo seguía latiendo ante semejante dolor, tanta impotencia de estar mirándote, postrada, sufriendo, y no ser capaz de detenerlo, ni con todo el oro del mundo.

Tu cuerpo se estremecía en la guerra, tu piel cada vez más fría, tu respiración cada vez más lejana... te me ibas... te perdía... me dolía... Sabía que no había vuelta atrás, cómo resignarse en ese momento? o alguna vez? Era imposible, me pedían demasiado...

Dime, quién irá a esperarme con ansias ahora que no estarás? Quién me llenará de amor el plato y me contará historias de su vida? Dime, quién tomará tu lugar?

Seguías respirando, muy bajito ya, muy desvanecida estaba ya tu llama, comenzabas la retirada, empezabas a desaparecer frente a mis ojos llorosos, tu rostro ya no era el mismo, tus manos ya no tenían el calor que llenaba mis vacíos, en tus brazos ya no quedaban abrazos para regalarme... la muerte me envidiaba y vino a robarte para ella, para que le regales cada día lo que a mí ya no podrás...

Y mientras te marchabas, yo me preguntaba... "Y ahora qué hago sin tí abuelita?"
Ciertamente sigo aquí, día tras día, viviendo sí... en tu nombre, llevándote en mí a todas partes, para que sigas viendo y haciendo todo aquello que sé que deseabas. Pero me falta un pedacito de corazón, el del centro, y se quedó frágil... costará volver a fortalecerlo... pero lo haré porque vengo de tí...

Finalmente dejaste de luchar... pero le dejaste claro a la muerte que no fue para darle el gusto, no te fuiste rendida, no se lo pusiste fácil... Sin duda te respeta.

Y te vi partir ese 16 de marzo, bailando en tu vestido rosa, cubierta de flores y brillo, dejando un vacío impresionante, sin importar cuan fuerte te haya abrazado, tu alma me traspasó y se fue...

Hoy eres polvo de estrellas, esparcido en el viento, en el aire, y en cada bocanada te tomo, en cada respiro te acojo, en cada suspiro te siento, y en cada recuerdo te llevo...
"Qué dulce encanto tiene tu recuerdo, Mercedita... aromada florecita, amor mío de una vez..."


Para mi abuela Perla (Mercedes Sanchez)

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Solo puedo escribir...

Indago en los rincones de mi desdicha para ver si encuentro con qué adornar este vacío y hacerlo bello, sacarle lustre, ponerle flores y un cartel de "Se alquila"... Miro en cada gota que de mis ojos se escapan en esta noche, a ver si veo el reflejo de esa sonrisa que se escabulló, traviesa e intranquila, y se resiste a dejarse encontrar...

Lucho contra este hastío y cada día me rindo, me caigo, y me vuelvo a levantar, porque eso hacen las guerreras... dicen...  aunque esta lucha no tiene bandera ni capitán... Por momentos, nada tiene un real sentido, solo sigo, para adelante, porque dicen que debo hacerlo, porque parar nunca es bueno, porque yo soy de las que puedo, y por eso tengo que seguir...

Las ganas de un viaje al pasado me invaden, mi mente me dice que no hay nada ahí, que todo está adelante, pero qué porfiado el corazón que insiste en arrastrar los pies para no continuar caminando... Una maraña se forma en mis sentimientos, aunque ya no los recuerdo, será que siguen ahí? mejor no toco esa caja de Pandora, que siga cerrada, que no salgan...

Y de repente lo veo pasar ante mis ojos, sonriendo como si nunca hubiera hecho daño, ignorante de lo que causó, de lo que sigue causando, de haber hecho explotar mis ilusiones por dentro, cual dulce venganza, con despiadada indiferencia... Y ese dolor se mezcla con la ausencia de mi ángel, que me dejó hace poco, que hoy es polvo de estrellas, que ya no me hace sentir su voz, su risa, oh vida! por qué me la quitaste? Dicen que ahora me cuida, pero esos son cuentos de niños...

A veces siento que sólo soy un espectro vagando sin rumbo, intentando hacer poesía de mis apegos... estoy paralizada, miles de "debes hacer" en mi cabeza, y no puedo, juro que no puedo, me siento arrastrada, cansada, vacía... necesito cerrar los ojos e ir a los rincones de mi alma a buscar valentía...

Hoy siento que no puedo, tal vez mañana sí y todo esto sea una pesadilla que olvidar, quizás solo me llena la desesperación de no poder mirar tan adelante, de estar aún con un pie en el pasado, del miedo que me dejaron instalado y olvidaron entregarme la contraseña para desbloquearlo...

Y esta estúpida mala costumbre de buscar mi valor en otro, cuando nadie sabe de mí mejor que yo misma... y de conformarse con migajas cuando sé que me merezco el pan entero, del mejor que haya...  


Me he acostumbrado a la soledad, pero ella igual es incómoda, se adueña de la cama, me destapa y me da frío, se come mi comida y soy yo la que engordo, me juega sucio la desgraciada, me desordena la casa, la vida, los sentimientos, y me deja llorando en un rincón del sofá cuando se pone engreída y demandante, porque disfruta hablarme de lo que me duele, de lo que sabe que no ha sanado. La soledad es una perra...

domingo, 16 de julio de 2017

Son solo días malos...

Todo va bien, marchando como era de esperarse. El trabajo se ocupa de llenar los días con cosas interesantes, mucho que hacer, mucho que aprender, de alguna forma se destrabó el límite que me había auto impuesto acerca de cuánto pretendía crecer en mi vida profesional. Esta sensación de acercarse a la cumbre que no imaginabas ver, y que de alguna forma lo habías borrado de tu mapa de vida, es realmente excitante y motivadora.

Busco llenar mi mente de conocimientos, de información relevante acerca de los temas que me apasionan, decidí pasar de los sueños a los hechos, para que la frustración y sensación de que "la vida es corta" desaparezca cada vez más, que me deje de susurrar al oído que no he hecho mucho para alcanzarlos.

He decidido dar pasos adelante, dejando una estela de recuerdos, de sentimientos, que espero se desvanezcan con el correr del tiempo... dicen que así funciona esta gran maquinaria emocional de corazones rotos y frustraciones personales.  A veces, muchas en realidad, veo que da resultado, una olvida cada vez más cosas, sustituye esos recuerdos por pensamientos más útiles, lentamente dejas de hablar cada vez  más de tus heridas y te concentras en sanar y seguir adelante.

Pero... hay instantes, cada vez más etéreos espero, en los que todo vuelve como un rayo que te cae encima, desde esa nube tormentosa que aún no se disipa del todo, que de vez en cuando se carga de imágenes y sentimientos imposibles, y te empapa con esa lluvia de recuerdos, pero no cualquiera, sino de esos más felices, que son los que realmente duelen cuando se terminan.

Esos días son los más complejos, es como estar caminando sobre una cantidad exorbitante de nieve, sobre una baba espesa que no te deja avanzar hacia donde quieres ir. Arrastras los pies y pones toda la fuerza que necesitas, pero se hace pesado, sólo quieres parar y que te absorba esa espesura, ahogarte ahí, porque cansa ese esfuerzo extra que debes hacer para salir de la viscosidad. Ves enfrente tuyo a donde quieres llegar, pero parece que no avanzas tanto como quisieras, y te invade la frustración y la pena.

Llega unos instantes de desesperación que parecen eternas, cometes errores que te hacen sentir que retrocediste años luz en vez de avanzar, te invade la angustia de no saber cómo hacer que tus piernas sigan empujando ese material pesado que les dificulta el andar, y te sientas a llorar como una niñita de 5 años abandonada, miras a tu alrededor y no hay mirada lo suficientemente bondadosa y maternal que te sostenga, da miedo, buscas desesperada a la persona que forma parte de esas memorias que quisieras repetir, pero es en vano, no está ni estará más ahí. Ya no te puede dar lo que buscas...

Entonces te das cuenta que no puedes hacer nada más que esperar a que los días nuevamente pasen y te den la sensación de sanación, de que ya la herida está cicatrizada, aunque sea por fuera, ya que tarda más en el interior, más aún cuando la herida se formó por dentro y luego fue cortándote la carne abriéndose paso al exterior, y recién te diste cuenta del daño cuando tenías el corazón fuera del cuerpo.

Esa sensación constante de abandono, de soledad, no se va del todo, pero no porque sea una soledad cualquiera, no es que te sientas sola porque sí y quieras llenarlo con cualquiera, sino que tiene nombre y apellido, pero ya no tienes permitido decirlo, y ese asiento quedará desocupado para siempre, y te convences diciéndote que es lo mejor, y consultas a tus cercanos quienes te lo validan, es lo mejor... pero por qué no se siente como lo mejor? el calendario espero me de alguna vez esa respuesta.

No queda más que creer en eso, creer en que puedes salir siempre de nuevo de ese pozo, aunque te acuestes algunas noche llorando, seguro despertarás dispuesta a sonreír, empezando la semana como cada vez, poniendo ese esfuerzo extra de cada día, lista para luchar y aprender, para ganar pequeñas luchas de poder, compartir con la gente que ahora forma parte de tu círculo, quizás cruzarte con nuevas caras que pueden o no darte nuevas experiencias, siempre con la esperanza de que tu mente no recuerde el dolor que en algún punto de tu humanidad late, quizás ya menos que antes, pero que aún cada tanto te golpea la puerta para tirarte al suelo y patearte hasta el cansancio.

De todas formas, sabes que no te quedarás ahí tirada mucho tiempo aunque ahora sientas lo contrario... sabes que tienes más fuerza de la que crees, sabes que cada vez es menos el tiempo que pasas en el piso recibiendo golpes y más en el ring golpeando a lo que venga; sabes que vales más de lo que te etiquetaron, sabes todo eso preciosa, yo sé que lo sabes.

"Son solo días malos" si, eso, sólo eso...


sábado, 19 de noviembre de 2016

No te apures, no desesperes...

Cuando era niña, pequeña e ingenua, todo se veía tan grande, tan lejano e inalcanzable. Todos me hablaban de qué quería ser cuando sea grande, de qué quería estudiar, cómo sería mi vestido de 15 años, si tendría novio, si tendría hijos, que no! que primero debe estudiar y tener un título! "Cuando tengas un título bajo tus brazos, los hombres van a formar fila" decía entre risas mi padre.

Y yo... yo solo quería jugar con mis muñecas, diseñarles ropa, maquillarlas, peinarlas, jugar con los autitos de mi hermano, dibujar aunque no fuera mi talento, escribir poemas tiernos para mi abuela, correr, dormir, comer dulces, ver dibujos animados, y no preocuparme más que por las notas del colegio, que como decía mi madre, eran mi única responsabilidad.

Los años pasaron, muchas cosas ya no recuerdo, pero sí me acuerdo de las veces que deseaba crecer, ser una mujer adulta, tener mi propio lugar, un trabajo, salir con amigos a tomar, a bailar, y teniendo apenas 15 años parecía que el tiempo no pasaba... sentía que estaba en un escalón cuyo próximo peldaño era alto, gigante, inalcanzable, no podía ver que había arriba. Literalmente imaginaba la vida como escaleras, cuyos peldaños significaban una etapa.

Soñaba con conocer el amor de pareja, creo que era lo que más deseaba durante mi adolescencia. Mi acercamiento al sexo opuesto no era mucho en realidad, y creo que por eso soñaba tanto con eso... era un misterio que quería descubrir. La curiosidad es lo mío.

A medida que inevitablemente esa escalera mecánica iba avanzando, yo me emocionaba, me impacientaba, y tenía ansiedad por experimentar esa vida de la que tanto opinaban cuando era niña. Aún así estaba asustada, no por crecer, sino por lo que había fuera de mi mundillo.

Me tocó experimentar un alejamiento temporal de mi familia, a los 16 años, que me resultó extremadamente difícil a decir verdad, cuando yo creía que sería maravilloso. Me di cuenta que era aún una inmadura y una niñita, que no quería dejar el nido. Pero fue una experiencia que me mostró muchas cosas, y me hizo ver un poco más de mí misma.

Después de eso todo fue como ponerse unos lentes nuevos, con lo que la realidad cambiaba. La reconexión no fue fácil, ya que fue una probadita de la independencia, pero logré volver a agarrarme de mis raíces y seguir subiendo la escalera.

Cada vez sentía más ansiedad por ser adulta. No sabía nada. Ilusa... Y así llegué a los veintitantos. Y es ahí donde me sentí en la meseta de mi vida, o eso creía yo en ese entonces.
Sentía que tenía todo resuelto. Universidad, trabajo, novio estable (o eso creía), un brillante (común) futuro aproximándose para el resto de mi vida. Sí, para el resto de mi vida, eso pensaba, que sería así. Todo eso. Todo lo que estaba viviendo, donde estaba parada, podía casi tocar ese futuro si estiraba un poquito más los dedos.

Construí mi castillito de naipes, y cuando estaba a punto de coronar... oh no! revelaciones tras revelaciones! que en ese momento marcaron un antes y un después de ese resto de mi vida que yo pensaba que tenía resuelto.

Sentí que era el fin de mi vida, el ocaso de mi existencia... estaba esperando mi muerte (totalmente melodramática y exagerada) y no pasaba nada... seguía cumpliendo años, y las cosas cambiaron totalmente de color... y fue ahí cuando realmente me tocó crecer y de un golpe se me cayeron los lentes con los que estaba mirando todo, y conocí la adultez taaaan esperada... fuck!

El príncipe azul se destiñe... la universidad es solo un suspiro de todo lo que tienes que aprender... no trabajarás el resto de tu vida en un solo lugar... el corazón no se rompe literalmente (aunque la ciencia hoy día dice que sí)... uno no muere de amor... uno no se queda con el primero (hay excepciones, pero vamos! seamos realistas)... el dinero no rinde, y no cae del cielo... ser independiente cue$$$ta... El mundo no es cuadrado y con forma de caja... y eso solo era el comienzo...

De repente la escalera mecánica empezó a subir un poquitito más rápido... mucho para mi gusto... y me encontré con los ¡Felices 30! ehmmm si, sé que estas pensando que llegó la vejez, que los 20 eran la onda, que ya debería tener resuelta mi vida, y tu familia? y tus hijos? tu mari... ehmmm como sea, las emociones, las sensaciones, las ideas, los sueños, los objetivos, la gente en mi vida empezaron a cambiar... algunos quedaron, otros se fueron, la experiencia crecía en todos los aspectos, y de repente.... OMG!!! me di cuenta de algo. Todo lo que a los 20 pensaba que tenía resuelto, era un ESPEJISMO. Y me encontré tan feliz y satisfecha de no haber tomado decisiones PARA TODA LA VIDA por lo feliz que me sentía en esa época con algo o alguien.

También me di cuenta que todas las lágrimas que derramé y las frustraciones que sentí por cosas que no pude lograr en mi adolescencia, mis diecialgo y mis veintitantos fueron tonterías puras, ya que me di cuenta que recién ahora estoy conociendo la vida, recién ahora estoy logrando sueños, recién tengo la madurez para tomar decisiones (a veces no tan buenas) que quedan en mi vida, y que incluso aún hay cosas que no necesito definirlas hoy día para el resto de mi vida.

Me di cuenta que tuve mucha suerte de esperar en muchas cosas, que hoy día puedo saborear muchas victorias que antes parecían inalcanzables. Y todo por no actuar a pesar de estar apurada por crecer.
Bueno, soy humana, no puedo decir que no lamente ciertas cosas del pasado, o que no me haya equivocado. Lo hice, mil veces, lo sigo haciendo, y creo que de aquí a 10 o 20 años más, de seguro revisaré mi camino y encontraré cosas que recién en ese momento estarán alcanzando su plenitud, y el conteo de errores seguro subirá...

Aprendí que mi vida depende de cada uno de mis actos, de mis decisiones, tanto pasadas como presentes, y que afectarán también mi futuro. Así también la gente que me rodea podría salir afectada.
Aprendí que crecer, ser adulto, es una trampa, no es el sueño dorado que nos imaginamos de pequeños o de adolescentes. Hay muchas decepciones para lo que uno nunca está preparado, mucha responsabilidad, la independencia puede ser bastante solitaria, el dinero se vuelve imprescindible a medida que nos acomodamos en este mundo materialista.

Aprendí que también hay cosas maravillosas de ser "grande", como la satisfacción de cumplir metas, de viajar solo, de ganarse el pan (integral) con el esfuerzo propio, de competir con tu Yo antiguo. Conocer gente nueva, sentir y ver todo de un modo diferente.

Lo doloroso, es separarte de tus padres, pero a la vez es un mal necesario. También duele los corazones rotos, nuestros y ajenos, que vamos coleccionando. La gente que empieza a partir cuando creías que eran inmortales. El tener que enfrentar sola muchas cosas que antes lo hacías con tu familia: enfermedades, tristezas, fracasos, triunfos, cumpleaños, navidades...

Pero, lo más importante que yo puedo rescatar hasta ahora de lo que me ha tocado vivir, es que no cerremos nuestra mente, que nos atrevamos a ser diferentes de lo que fuimos antes, competir contigo mismo, con el que fuiste, y construirte para mejor. Nunca se es lo suficientemente viejo para probar algo nuevo.

No te apures en vivir, por favor, no lo hagas. Las decisiones que tomes muy temprano pensando que estas en la cúspide de tu vida tendrán eco. No pienses que a los 20 estás listo con tu vida y ya no hay nada por delante. No te deprimas si cumples 30, y puedo decir que tampoco te lamentes si vas subiendo más escalones. Sopla cada velita de cumpleaños con la emoción que merece... ya que nunca, NUNCA, volverás a tener esa edad.

De verdad, no te apures, disfruta cada minuto, si algo no te salió bien, inténtalo de nuevo. Si estás cansado de probar, descansa un poco y luego vuelve a hacerlo. Si crees que no has logrado nada aún, felicidades, quiere decir que sigues vivo y eso es una oportunidad para empezar, aunque sea a pasos de tortugas. Te vas a desanimar a muerte mil y una veces, pero tarde o temprano volverás a motivarte.


No puedo decir que domino el arte de vivir, estamos en la lucha, aún descubriendo cosas de mí que me hacen daño, y otras que me dan satisfacción, y espero tener aún mucho camino por explorar para contarles que hay más arriba de esta escalera que no para de avanzar...

Celia Cristaldo.-

domingo, 29 de junio de 2014

Ser felices en pareja? Tarea de a DOS

Tuve la casualidad de participar en una charla gratuita ofrecida por el seguro médico, y como el conocimiento no ocupa lugar (aunque a veces sospecho que es la razón de mi "tamaño corpulento" y no los dulces que me suelo comer) quise aprovecharlo.

Fue dirigido por una psicóloga buena onda, con una cara muy feliz por cierto, que con palabras sencillas y una presentación súper acotada dio tips, que a mi parecer son cosas tan sencillas, del día a día, pero que definitivamente los comunes mortales olvidamos, o simplemente nos da flojera hacer...

Haré un resumen de los que rescaté de la charla, creo que este tipo de conocimientos es bueno compartir, a alguien puede servir o ayudar.

En una pareja, ya sea de novios o casados, los primeros 7 años se consideran los más complicados, y la psicología dice que si se superan los 7 años, el promedio de parejas tiene muy buenas probabilidades de durar.

Estar en pareja y sentirse infeliz, sea cual sea las razones, aumenta el estrés, hay 67% de posibilidad de enfermarse y acorta la vida en un promedio de 4 años. TE-RRI-BLE! I've been there!

ES MEJOR UNA SEPARACIÓN PACÍFICA, que una vida en guerra, especialmente si se tiene hijos. Se ahorran muchas penas, seguir perdiendo años y una visita prolongada del hijo al psiquiatra.

Es importante SABER ACEPTAR EL LADO EXTRAÑO de la pareja, lo que lo hace especial. No intentar reprimirlos ni cambiarlos. Es importante encontrar una persona con quien concordemos.

La calidad de la AMISTAD en la pareja es un factor muy importante.

MITO: "Evitar el conflicto puede arruinar la relación" No necesariamente. Se debe respetar la capacidad personal que tiene cada uno de lidiar con un conflicto, no presionar la situación. El 80% de las parejas se terminan normalmente por distanciamiento y pérdida de interés.

SEÑALES DE QUIEBRE - S.O.S.
1. Planteamiento violento: Críticas, Sarcasmos, Negatividad en toda opinion.
2. Desprecio, Actitud defensiva - Hacerse la victima constantemente, Actitud evasiva ante cualquier situación.
3. Estrés CON la relación. Distanciamiento, Sentirse abrumado estando con la persona. Tensión emocional.
4. Intentos de reparar fracasados. Ejemplo: En medio de una pelea o discusión, buscar un pretexto para dejar a la otra persona discutiendo sol@.
5. Malos recuerdos sin rescatar lo positivo.

La CLAVE para revitalizar la relación es rescatar Cómo se comporta cada uno cuando NO se está discutiendo.

HERRAMIENTAS PARA MANTENER FELIZ UNA RELACIÓN

  • Mejorar los mapas de amor
  • Conocer mejor el mundo de mi pareja, sus gustos, sus intereses.
  • Recordar eventos importantes de la otra persona.
  • En el conocimiento está la fuerza.
  • Saber que es un proceso de toda la vida.


Cultivar el Cariño y la Admiración
Sentir y ser consciente que la otra persona es digna de ser amada y respetada.
El cómo recuerdas el pasado con esta persona, enfocarse en lo lindo.

Acercarse al otro
Valorar al otro en su vida cotidiana.
Tener pequeños detalles en el día a día. ESTO de verdad FUNCIONA.

INSTRUCCIONES PARA UNA CONVERSACIÓN
1. Hablar por turno.
2. No dar consejos sin que el otro te lo pida. (Mea Culpa)
3. Mostrar sincero interés en el otro. (En serio, deja tu celular en paz mientras te habla)
4. Comunicar comprensión, empatía. Que la otra persona lo sienta.
5. Ponerse de su lado.
6. Expresar una actitud de NOSOTROS CONTRA EL MUNDO.
7. Expresar afecto.
8. Validar sus emociones, independiente de lo que yo pienso.

DEJA QUE TU PAREJA TE INFLUYA
Aprender a compartir el poder y la toma de decisiones.
Aprender a ceder y a elegir las peleas.

DOS TIPOS DE CONFLICTOS EN LA PAREJA
Problemas no solucionables: Es el 69% de los problemas. ¿Qué hacer? --> Mantenerlos a raya, que no abarque mucho espacio en la relación. Aprender a usar el sentido del humor en estos casos. Si es un problema que surge cadaaa añooo y dale con lo mismo, pero no hay mucho que hacer al respecto, para qué seguir dando vueltas a la tuerca?

Problemas solucionables: RESOLVERLOS. DUH!
a. Suavizar el planteamiento de la discusión. Quéjate sin echar la culpa a la pareja. Emplea frases con YO en vez de TU (o en mi caso, VOS). No Juzgar ni Evaluar al describir el problema, por más que nos encante ser jueces. Ser Claro, Amable, Agradecido.
b. Aprender a ofrecer y recibir esos intentos de salir de la discusión sin cablearse, para bajar la tensión. Esto significa que si la discusión está muy candente y uno de los dos quiere frenar un poco el tema, intentarlo, no reprocharlo.
c. Tranquilizarse a sí mismo y/o al otro.
d. Llegar a un compromiso tras la discusión.
e. Y lo más complicado quizás de todo esto: Ser TOLERANTE.

CREAR SENTIDO DE TRASCENDENCIA

  • Crear una vida interior juntos, con símbolos y rituales.
  • Apreciar lo que los une.
  • Crear Vínculos.


Y por último, dejó un tip que se llama: Las Horas mágicas.
1. Despedidas: "¿Tienes alguna reunión? ¿Qué te toca hacer hoy?" --> 2 minutos al día.
2. Encuentros: "¿Cómo estuvo el día?" --> 20 minutos.
3. Admiración y aprecio: "¿Sabes qué? Te quiero mucho. Me gusta cómo preparas el te." Etc. --> 5 minutos
4. Afecto: Besos, abrazos, caricias --> 5 minutos
5. Cita semanal --> 2 horas

Ese es un resumen de la charla, la verdad todo esto es posible si existe realmente voluntad de hacer funcionar una relación, si existe amor verdadero e intenciones de formar una vida con esa persona.
Si no te da ganas de hacer NADA de todo lo que cité y estás en pareja, debo advertirte que estas en una relación que no te gusta y debes hacer algo al respecto, porque recuerda que cuando uno está en pareja, está involucrada otra persona, no solo VOS. Piensa bien si prefieres unos días de lágrimas a una vida de infelicidad.

Salud!