martes, 7 de junio de 2011

Jamás aprendiste a amar...

Yo te quise a mi manera, libre, salvaje, sincera, yo te quise como el viento ama a la hoguera...
Te quise con dolor, contra viento y marea, te quise hasta sentir mi alma en condena...
Y Tu me tenías allí, presa en tus brazos amables, me tenias completita, sin prisa y afable, no luchaba contra el tiempo, y Tu, me tenías toda... A pesar de eso dudaste, y me dejaste en zozobra...

Pero el amor todo lo vence, dicen los soñadores... Todo lo perdona dicen los trovadores...
Y te acepté así, impuro y arrepentido, sabiendo que volvías ya sin ser mío...
Triste corazón mío, que luchó contra ese antojo que tu cuerpo buscó en otros brazos y otros ojos...
Aún así te acepte, aún con la herida abierta y contra mis celos luché, contra fantasmas y bestias...

Y el tiempo pasó sin prisa, sin lavarme las heridas, y la duda me invadió, una salida quería...
Así partí al destierro y me alejé de ti, me escapé de los fantasmas, de tu risa, de mí, de esa niña cautiva
que dejó la libertad aquella noche vacía para no dejarte escapar...

Al pasar el tiempo creí que tu corazón aún mío sería, pensé que como yo un día lo hice, perdonando volverías... Pero frío y cruel destino, vida siniestra me muestras que aquél sacrificio que hice fue mi tonta condena...

Tu no sabes de perdones, ni de dar la vida entera, Tu no sabes de amores que valen la pena...
Preferiste mirar lo sombrío de mi esperada partida, y te olvidaste que te amé sin condición un día...
Ya no recuerdas la hiel que me diste de tomar, ya no te acuerdas que ayer estuviste en mi lugar...
Pues bien, no vale la pena ni una lágrima derramar, por tí cretino sin alma, que jamás aprendiste a amar...

Celia Cristaldo.-
"Cuando el dolor se convierte en gloria, no hay caída que me retenga en el suelo"
cmcc2011